Una amiga me platicó hace muy poco, que alguien le había dicho que no sabía abrazar y ahí me estacioné. Es cierto: hay gente que abraza muy bonito y gente que no. Nada tiene que ver, creo, con la intensidad del apretón. Hay quienes hacen un esfuerzo consciente o inconsciente por sacarte el aire, y siguen sin saber dar un buen abrazo. El buen abrazo tiene algo más que no se describir, pero que se siente.
¿De dónde vendrá la práctica humana de poner los brazos sobre alguien más de manera recíproca para mostrar un sentimiento de empatía? No lo sé. Una revista de psicología que ví este fin de semana, decía que es terapéutico y que hay grupos de apoyo que lo usan como técnica. Un hombre profesionista platicaba que nunca pensó que le haría tanto bien y que se soltaría a llorar como Magdalena en la terapia, al abrazar a una persona extraña.
Tal vez eso es demasiado, yo prefiero abrazar "puritita" gente que conozco, pero me gusta mucho -mucho- abrazar, eso sí. No lo puedo evitar.
Pero volviendo a quienes saben y no saben abrazar, este año recibí un abrazo sorpresivo, de lo buen abrazo que fue. Como dije, no se describir por qué fue bueno, pero estoy seguro que lo fue. Fue muy bueno.
Tengo pendiente todavía ver "Los abrazos rotos" de Almodovar.