En algún momento escuché que las palabras no deben ser utilizadas como sustituto a la acciones. Esto es cierto. También lo es, que a las acciones no se les puede poner pausa y es probablemente ahí, donde las palabras resultan muy prácticas (sobre todo las escritas). En el espacio donde quisiéramos quedarnos detenidos y donde la continuidad del tiempo no lo permite, el "logos" da esa oportunidad.
El origen de mi necesidad de escribir es todavía desconocido, aunque tengo varias teorías. Lo que si sé, es que el hacerlo me ofrece algo que no da la plática, ni la observación: seguridad (peso). La palabra escrita es más longeva y tiene más oportunidad de no morir que una plática. Es como fotografiar pensamientos. Y aunque fotografiar pensamientos tiene ventajas, se debe tener cuidado con el Photoshop para la escritura (porque ése también existe y es uno de los mayores riesgos para el dueño de la pluma, pero es lo que me mantiene entretenido).
Durante muchas años he escrito. Algunas cosas fueron escritas para ser leídas y algunas otras con la esperanza de que algún día lo fueran; muchas, con la sola intención de congelar sensaciones y sentimientos. Un rubro final, son los documentos que en realidad escribí para entenderme mejor, porque a veces cuando hago o cuando hablo, de verdad que no me comprendo, pero cuando queda escrito hay cosas que veo más claras. Es como si Escribir, además de fotografiar, también estructurara mis pensamientos. Alguna vez leí un libro de Emilio Lledó donde filosofaba al respecto y aunque ya casi nada recuerdo del libro, algo debió quedar en mi inconsciente porque muchas veces me hago una pregunta: ¿será que escribo y luego existo?.
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